El cuaderno verde

martes, julio 11, 2006

Blog desde Palestina

Desde hace unos días, nuestro compañero, amigo y colaborador de este blog nandocrack se encuentra en Palestina realizando una acción tan desinteresada e importante como poco frecuente en estos días. Además de todas sus tareas habituales, ha sacado tiempo para iniciar un blog en el que cuenta sus experiencias en este interesante viaje que ha emprendido. Desde aquí os animo a que leáis y comentéis los artículos publicados pues creo que no tienen desperdicio alguno, además de tratarse de un testimonio de primera mano alejado de las breves noticias que podemos ver todos los días en los telediarios. La dirección es la siguiente http://volpal2006.blogspot.com/. Animáos y participad un poco.

martes, abril 18, 2006

LA HISTORIA DE ISAAC Y MOHAMED

Érase una vez el pequeño poblado de Villa Injusta, de sólo 198 familias, entre ellas las de Isaac y Mohamed, dos vecinos con fincas colindantes. Isaac, había sido un sin techo pisoteado por algunos de los habitantes de Villa Injusta hasta 1948, Ese año, gracias a su amistad con “el tío George”, uno de las personas más poderosas e influyentes del poblado, el Ayuntamiento expropió el 50 % de los terrenos de la parcela de Mohamed y se los regaló a Isaac con la justificación de que hacía 3000 años esas tierras habían sido de los antepasados de su familia. No contento con lo que se le concedía, Isaac proclamó sus derechos sobre el 50 % restante, y se anexionó por la fuerza toda la propiedad de Mohamed. Éste, desconcertado, pidió al Ayuntamiento que se aplicase la ley, pues, precisamente en aquella época, se acababan de publicar bonitas normas sobre los derechos y libertades de los ciudadanos de Villa Injusta. Pero lamentablemente, el poder en el pueblo de nuestra historia está controlado por un grupo de gerifaltes corruptos –los capos George, Vladimir, Jacques, Hu y Tony-, que hicieron la vista gorda con las gamberradas del vecino Isaac, desobediente pero, en el fondo, rico. Como mucho los caciques de Villa Injusta podían publicar una serie de edictos en los que se regañaba a Isaac, y se le decía que si no se portaba bien el tío George le retiraría la paga; pero en ningún momento se le amenazó, ni con un azote en el culo.

Y hasta hoy Isaac no se ha portado bien; además de robar las tierras a Mohamed, ha construido en ellas y las ha fragmentado, regalándole casas a sus hijos, ha talado los olivos y dejó a Mohamed sin agua cuando se apoderó de un riachuelo que cruzaba la parcela, les ha encarcelado amurallando la finca, ha controlado la salida y entrada de Mohamed y de su familia, les ha escupido, maltratado, humillado, raptado, asesinado... Algunos de los hijos de Mohamed intentaron organizarse para defenderse del siniestro Isaac, pero un abismo separa las fuerzas de Mohamed y familia de la de sus vecinos, lo que trajo la resignación del resto de los parientes. Con todo, algunos, presos del odio, de la ira y de la desesperación, han sacrificado su vida por los suyos. Por las calles de Villa Injusta se les llama con desprecio terroristas, calificativo que parece no estar reservado para Isaac porque, gracias al fabuloso poder manipulador de Tele Injusta, los peces gordos del poblado han dibujado un mundo de fantasía y colorines, de sherifs buenos y peligrosos maleantes. Mohamed, que no es rico ni tiene amigos influyentes pertenece por supuesto al grupo de estos últimos. Según Tele Injusta, sólo un pobre puede ser terrorista y, aunque quiera defenderse porque un rico va a acabar con él, será un terrorista. Los ricos abusones no son terroristas. Son soldados, que usan la violencia para contener a los peligrosos pobres rebeldes que no saben aceptar su condición de parias. Por si fuera poco, los miembros de un club de clase alta de Villa Injusticia que se hacen llamar “los europeos” y que, cómplices de los crímenes de Isaac, donaban hipócritamente unas limosnas a Mohamed para que pudiera sobrevivir, decidieron la semana pasada que no se merece estas ayudas por ser un terrorista.

Este es el final de la historia, o al menos lo que se sabe de ella hasta ahora. No es un final feliz como el de los cuentos. El malo se sale con la suya y el bueno pierde. Pero por desgracia no puedo inventarme otro final porque ésta no es una historia de ficción. Se trata de la historia real de Israel y Palestina. Tú y yo participamos en ella, somos habitantes de este miserable pueblo, socios del club de los europeos, al que se le llena la boca hablando de justicia y derechos humanos y que con la supresión de ayuda financiera a los palestinos va a causar una catástrofe humanitaria. Ese mismo club que -a pesar de que los dirigentes del Estado Israelí rehúsan aplicar la IV Convención de Ginebra, no reconocen un Estado Palestino, no respetan los acuerdos firmados y no renuncian a la violencia contra la población civil palestina- no ha amonestado a este Estado en ningún momento. Sin embargo nuestro club dice que los palestinos son terroristas y les exige lo que es incapaz de exigir al gobierno de Israel, que es sin embargo el Estado agresor. ¿sigues creyendo aún que los palestinos son terroristas? ¿quién es entonces el terrorista, Isaac o Mohamed?
¡VIVA PALESTINA LIBRE!

viernes, abril 14, 2006

Marrakech: la aventura africana a nuestro alcance.

Me sorprendo por lo poco que valora el mundo desarrollado la aventura y el exotismo de otras civilizaciones. Parece que entre las preferencias de las sociedades ultraconsumidoras y hedonistas occidentales no se encuentra el placer de explorar mundos distintos, de descubrir rincones del planeta desconocidos o de encontrarse con gentes con unos valores y una forma de vivir que ignoramos por completo. Es la impresión que me llevo al observar lo que más aprecia la sociedad en la que vivo: lujo, comodidad, tranquilidad, relax, ocio, vicio... En lo más alto del ranking de preferencias unas vacaciones en Punta Cana o en un crucero; en Ibiza o en la Costa del Sol.

Sin embargo, creo que muchos desconocen las sorpresas que esconden otros destinos más olvidados. Algunos pensarán al leer estas líneas que escaparse a un país lejano es algo que sólo se pueden permitir los bolsillos más pudientes, pero por la accesible cantidad de 170 euros acabo de volver de una visita de cinco días a Marrakech que ha satisfecho plenamente mi afán aventurero. Tras mi experiencia solidaria en Palestina es el segundo viaje de este tipo que emprendo y de nuevo he sentido la magia del pasado verano: la intensidad de las relaciones con personas de otra cultura, la emoción de levantarme sin saber qué sorpresas me deparará el nuevo día, la riqueza de sabores, olores, sonidos... Ha sido otra vez fascinante. Me quedo para el recuerdo con grandes momentos:

El viaje de ida de once horas en un tren cochambroso, de los años 60 –según mi compañero de asiento marroquí-, con una luz lúgrube y unos vaivenes que hacían temer por un descarrilamiento. A ello se añade que nos encontrábamos hacinados en un vagón sobrecargado de pasajeros. Aunque parezca un episodio tremebundo tuve la sensación de haber viajado atrás en el tiempo. Fue un preludio perfecto para nuestra llegada porque hizo más patente que habíamos traspasado la frontera que separa a nuestro previsible mundo civilizado de la vida rebosante, bulliciosa y alborotada que hace años que nuestra sociedad desechó.

Said y Youssef, los dos amigos marroquíes que nos guiaron y nos ayudaron en todo momento. Aunque al principio no nos transmitían mucha seguridad porque parecían unos pasaos raveros de poco fiar, con el tiempo nos dimos cuenta de que lo daban todo por nosotros. Sin ellos el viaje no habría sido el mismo.

El tour en bicicleta sorteando el caótico tráfico de la ciudad. A pesar de que nos estábamos jugando el pellejo –si ya es peligroso ir en bici en una ciudad española, imaginad en una marroquí- nos lo pasamos como críos con su juguete de reyes.

La plaza de Jemaa Elfna. Había leído antes de llegar a Marrakech que la ciudad merecía la pena tan solo por este lugar y es verdad. En realidad se trata de una explanada, vacía de atractivo arquitectónico, pero llena de reclamo humano, porque desde bien temprano miles de figurantes inundan su espacio con su música, sus mercancías y sus atracciones componiendo una escena en la que merece la pena participar. Por si fuera poco, la puesta de sol es alucinante, un espectáculo de luces y colores acompañado de la locura de la música y los gritos de la plaza, que asombrosamente se vuelven silencio sobrecogedor cuando con la caída del sol el almuecín convoca a los creyentes a la mezquita.



Las maravillosas vistas desde la cordillera del Atlas con el río Oureka, el rojo y el verde intensísimo de la montaña, las gentes de ese mundo rural y apacible... Más allá, el desierto, África, una tierra extensísima y que esconde innumerables riquezas de vida y naturaleza.

Desconozco hasta cuándo el mundo nos ofrecerá esta diversidad que, por fortuna, se encuentra tan cerca nuestra, en Marruecos. Lamentablemente el tiempo unificará hasta el último rincón del planeta y lo diferente será sólo un recuerdo museificado del que sacará provecho el todopoderoso Dios “Consumo”. Mirad lo que ha pasado con Europa. Creo que no debe ser lo mismo una visita al Londres, París o Viena de hoy, que una de hace unas cuantas décadas. Mc Donalds y compañía han restado encanto a la experiencia de viajar. El centro histórico de nuestras ciudades es sólo un teatro que intenta reproducir y explotar económicamente, a veces sin éxito, la originalidad que hace tiempo perdió. Por supuesto, no niego que se disfrute recorriendo el viejo continente, pero hoy seguro que cuesta más trabajo exprimir el jugo sabroso de esos países que hace unos años. Extraer esos sabores de un viaje a otra cultura no cuesta nada sin embargo. Al contrario, es inevitable enamorarse de esos lugares extraños y de esas gentes entrañables y acogedoras. En fin, no nos engañemos, a pesar de lo que diga la embaucadora publicidad, los verdaderos tesoros de nuestro mundo no los encontraremos en la artificial “Marina d´Or ciudad de vacaciones”, sino en lugares auténticos, como Marrakech.

miércoles, marzo 29, 2006

Habla inglés con 9 palabras.

Os garantizo que tras leer este artículo vais a hablar inglés al 85 %, con mi nuevo método; el método de las 9 palabras:

Hello.
Good Bye.
My name is...
I love you.

¿Véis qué sencillo? Ahora ya podréis comunicaros en inglés hasta con el mismísimo Tony Blair.

Quizás no hayáis oído hablar del método del Profesor Maurer, pero yo llevo meses escuchando un anuncio en la radio y ahora acabo de recibir un e-mail con su publicidad. No son 9 palabras, pero sí 1000 que, como podréis imaginar, no son muchas más. Cuando lo escuché por primera vez pensé que era un timo y que nadie se iba a creer lo que contaba ese tío con su acento entre mexicano y americano de California, muy al estilo del Aznar de los mejores tiempos; pero parece que al Maurer éste le está saliendo muy bien la jugada porque sino no se explica que, con lo caro que sale anunciarse, siga con la misma campaña publicitaria después de tanto tiempo.



En fin, creo que la campaña roza los límites de la publicidad engañosa aunque, como sabéis bien, la Ley sólo se cumple a veces –bueno prueba de ello la está dando la Ley Antitabaco-. Para aprender un idioma hace falta cargarse de paciencia, trabajar duro y, sobre todo, pasar una buena temporada en un país que tenga por lengua materna ese idioma que estás aprendiendo. De lo contrario, el que piense que con 1000 palabras sabrá inglés, se va a llevar un buen chasco y en el primer momento en que entable una conversación con algún angloparlante se acordará de Maurer y de su madre. En cualquier caso, los más perezosos debéis saber que las 9 palabras de mi método serán suficientes para cierto tipo de conversación. Eso sí, usadlas con cuidado cuando habléis con Tony Blair.

miércoles, marzo 22, 2006

Una gran noticia

La noticia del inicio del fin de ETA tiene lo que tienen las buenas noticias; que se van gestando durante largo tiempo y, cuando definitivamente se conocen, el potencial de júbilo que producen se ve muy reducido porque ya eran esperadas. En cambio, las malas son súbitas y desgarradoras, su potencial de dolor es ilimitado, como las catástrofes naturales, los accidentes trágicos o los atentados terroristas. Por eso, esta mañana cuando me enteré, sentí la alegría de escuchar una gran noticia, sí, pero era una especie de alegría descafeinada. Y es que el anuncio ha servido para confirmar lo que ya sabíamos, que ETA se precipita hacia su desaparición, y para dejar constancia escrita de lo que era ya una situación de hecho, el fin de los asesinatos. Me acuerdo, por poner un ejemplo de pésima noticia reciente, de la conmoción, indignación y sobresalto de los atentados del 11-M. Sin embargo, hoy la gente no se ha echado en masa a la calle, no ha llorado de alegría ni festejado el esperado anuncio de los terroristas. En parte, he tenido la sensación de que casi hemos olvidado lo padecido durante años por culpa de esta panda de canallas de ideas fascistas que tenía aterrorizado a un país entero, que destrozó familias y que sembró de odio y enfrentamiento la sociedad. Yo, aunque en Sevilla, he sentido mucho miedo por culpa de ETA. Mi padre trabaja en una zona militar y hasta sus ritmos de trabajo han estado condicionados por la banda, porque, para evitar un atentado masivo, el centro variaba los horarios de entrada y salida de los trabajadores. Yo también he estudiado en esa misma zona militar y he tenido que abandonar mis clases por una amenaza de bomba, entre los llantos de pánico de algunos compañeros. Si eso lo he sufrido yo aquí en el sur, ¿cómo de grandes han tenido que ser los padecimientos de la gente de Euskadi? Me acuerdo de las muertes en mi ciudad de Muñoz Cariñanos o de Alberto Jiménez Becerril y su esposa, y también de las muchas manifestaciones por cada víctima en los últimos años. Miedo, secuestros, asesinatos, manifestaciones... han marcado el tiempo que me ha tocado vivir hasta hace poco, y ahora, por fin se acaban. Por eso me da rabia que esta noticia tan positiva no se pueda festejar por todo lo alto. Sé que no es posible, que sería imprudente y podría hasta devolverle el veneno a la serpiente; pero al mismo tiempo sé que este anuncio es de lo mejor que ha pasado en los últimos años y que es injusto no poder celebrar colectivamente que nos hemos desquitado, que los matones han dicho por fin que se rinden y que esta batalla, definitivamente, la hemos ganado nosotros.

domingo, marzo 12, 2006

Caminos


Por las calles del Aljarafe no se ven personas. Lo comprobé el otro día cuando comía con mi familia en un restaurante de Tomares que está a 10 minutos de mi casa y decidí volver a pie, en lugar de esperar al resto y coger el coche. La escena desértica me hizo pensar y recordar: hace unos años la gente hacía sus caminos andando y se cruzaba con sus vecinos, hablaba más y, en el fondo, convivía más. Hoy, sin embargo, todos nuestros desplazamientos los hacemos a bordo de un cubículo con ruedas, aislados de los que tenemos cerca, todo se ha vuelto más anónimo, más deshumanizado.

La verdad es que esta vida moderna tendrá sus ventajas y a muchos les harán sentir orgullosos las comodidades y progresos que ha experimentado nuestra civilización; pero, cuando se opta por un modelo de vida de entre los posibles se desechan a su vez otros, que no han de ser sencillamente peores, sino que tienen sus ventajas e inconvenientes. Escogimos la facilidad de movernos rápidamente pero a costa del sacrificio de la cercanía y el contacto humano. Por cierto, observo que ha aumentado el número de gente que se incomunica gracias a unos cascos y al reproductor de MP3. Cada vez más autismo social.

El fin de la socialdemocracia

He leído o escuchado miles de veces sobre la contraposición entre el modelo europeo, social y solidario; y el modelo norteamericano, liberal y de Estado mínimo. Se trata de una idea omnipresente en el Derecho comunitario -aparecía de hecho en la malparada y olvidada Constitución Europea- y en el de los Estados Miembros. Así, nuestra Constitución comienza su primer artículo con estas palabras: "España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho".

Pues bien, cada vez más esta antagonía entre la Europa protectora y comprometida y los Estados Unidos salvajes y despreocupados tiene menos fundamento. Sin ir más lejos, podemos repasar las noticias europeas de esta semana y comprobar la desalentadora debilidad y agonía del Estado del bienestar y la socialdemocracia:

-Francia: El contrato de primer empleo institucionaliza la precariedad laboral para los más jóvenes. El empresario podrá despedir libremente, es decir, sin alegar causa y sin indemnización alguna a los trabajadores contratados bajo este régimen. Pese a los cientos de miles de manifestantes el Gobierno francés no retirará la medida. En España existe un contrato parecido muy usado sobre todo para emplear a jóvenes parados por el que el empresario reduce la cantidad a pagar en caso de despido.

-Alemania: El Gobierno acaba de anunciar la subida de la edad de jubilación hasta los 67 años y la congelación del sistema de pensiones durante 3 años.

-España: El pasado viernes el Gobierno aprobó un considerable descenso del IRPF y del Impuesto de Sociedades (el que pagan las SL y SA), los dos impuestos más importantes en cuanto a recaudación para las arcas del Estado.

Estas medidas no son una sorpresa por cuanto que desde los años ochenta las políticas sociales han experimentado una congelación primero y un "progresivo" (valga aquí la paradoja) retroceso después. Sin embargo, llama la atención -y es lo que quería resaltar yo en este artículo-, la aceleración del neoliberalismo. Cada vez más medidas como éstas y cada vez de mayor calado. Nadie rema ya sin embargo en sentido contratio. ¿Qué gobierno es valiente a día de hoy para subir las pensiones, proteger los empleos precarios en perjuicio de los empresarios o subir los impuestos para disponer de mayor gasto público destinado a políticas sociales?

¿Os acordáis de la promesa de incremento del salario mínimo interprofesional de 490 a 600€ que hizo Zapatero en campaña electoral? Finalmente se quedó en minisubida por la presión de la patronal y tan solo llegará a los 600 € en 2008, a fin de legislatura. Para ese momento la inflación ya se habrá comido todo el incremento salarial que promueva el Gobierno. ¿Y qué pasó con la reducción de la jornada laboral de 8 a 7 horas que se implantó en Francia en 1995? Hoy está prácticamente derogada a excepción de su aplicación en las Administraciones Públicas. Creo que pasará a la historia como el último soplo de vida de la moribunda socialdemocracia europea.

En fin, estos gobiernos europeos, no nos engañemos, no tratan de imitar a USA como si de una opción libre y racional se tratara, sino que siguen a la deriva la lógica de la competición global. Simplemente son impotentes rehenes de la globalización, víctimas indefensas de un tiempo imposible para la izquierda. Lástima. A nuestra generación le esperan años duros, de encanallamiento personal y deterioro social. Queda por ver si la izquierda está definitivamente muerta o duerme quizás, a la espera de un mejor momento.

domingo, marzo 05, 2006

¿Política social o tomadura de pelo?

Una de las propuestas a mi juicio más interesantes del gobierno socialista cuando llegó al poder fue la de crear un ministerio específico que tratara de solucionar los tan comentados problemas que hay en este país para que los jóvenes encuentren una vivienda digna: el Ministerio de la Vivienda. Aunque inmediatamente criticada por la oposición, que siempre lo critica todo, y sus medios de comunicación afines, a mí personalmente me pareció una iniciativa a tener en cuenta y que pensaba que podía aportar algo de cordura a un mercado descontrolado que provoca situaciones socialmente intolerables y enormes desigualdades. Y es que, a veces, es necesario enfrentarse directamente a los problemas y, si la vivienda se ha convertido en uno de ellos, pues habrá que crear un ministerio específico para solucionarlo.

Sin embargo, tras estos dos años, creo que se podría intentar hacer balance, aunque sea brevemente, sobre las medidas adoptadas y los éxitos conseguidos por ese ministerio que se fundó con tan buenas intenciones pero que ahora parece viajar a la deriva hacia ninguna parte. Como ya dijo Séneca allá por el siglo primero después de Cristo, a aquellos que viajan sin rumbo ningún viento les será favorable. Y es que Séneca era un tío sabio y por eso algunas citas suyas son recordadas dos mil años después. Todo lo contrario de lo que ocurrirá con nuestra ministra de la vivienda, María Antonia Trujillo, de quien lo mejor que puede ocurrir es que no se recuerde nada, porque me parece a mí que lo único que se podría recordar en el futuro serán actuaciones inútiles, declaraciones desafortunadas e imágenes de la más clara incompetencia vista en ningún ministro desde la Transición, y eso que ejemplos de incompetencia mayúscula hemos tenido unos cuantos (baste recordar a Miguel Arias Cañete y Celia Villalobos a los que no se les ocurrió otra cosa que comer ternera o dar consejos culinarios para combatir la crisis de las vacas locas). Desde que comenzó su actividad, los únicos titulares de que ha sido protagonista no han hecho sino dar la razón a aquellos que desde el principio dijeron que era un gasto inútil de dinero público de cara a la galería más que un intento real de solucionar ningún problema.

Vayamos por partes y aportemos algunos hechos que fundamenten estas críticas. El precio de la vivienda libre subió en España un 17,45% en 2004 y un 12,8% en 2005 (eso sí, éste es el menor aumento en los últimos cuatro años). Ante datos tan poco alentadores, una de las primeras medidas que se le ocurrió a Trujillo fue intentar esconder los datos,o sea, mirar para otro lado o, mejor aún, que los demás mirasen para otro lado. Y así apareció un nuevo término hasta ahora desconocido por aquí: apagón estadístico. Se pasó de las 180.000 nuevas viviendas a las 180.000 soluciones habitaciones (otro nuevo término que todavía nadie que yo conozca sabe lo que significa porque nadie que yo conozca vive en una solución habitacional). Y aunque nadie sabía a qué se refería la ministra cuando hablaba de solución habitacional, sí que se conocía una cifra de referencia a la que los que aspirasen a la emancipación tendrían que atenerse: 25 metros cuadrados. Eso sí, mientras tanto, a nuestra querida ministra no le servía lo que tenía en la nueva sede del ministerio y hacía reformas por valor de 32.000 euros para tener un espacio de “trabajo” de 77 metros cuadrados y se trasladaba a una residencia de 250 metros cuadrados en el distrito de Chamartín (a razón de más de 4000 euros el metro cuadrado). Por supuesto, y para que la gente sepa que este gobierno es de izquierdas y no uno de esos gobiernos “derechones” que sólo buscan el interés de los ricos, se dividió el chalé original, cuyo valor podría estar entre dos y tres millones de euros, para que lo ocuparan a partes iguales las ministras de vivienda y cultura (de la que también se podría hacer una más que interesante entrada en este blog en un futuro). Todo un logro para contener el gasto público.

Pero basta ya de tanta crítica, basta de tanto dato que a nadie interesa y basta de tanta demagogia acerca de dónde vive la ministra que, al fin y al cabo, los del PP tampoco vivían en chabolas. Por fin se les podrá dar una respuesta a los que pensaban que en este ministerio no se hacía nada, a los que dudaban de la capacidad de nuestra ministra para solucionar el problema de la vivienda en España, a los que creían que no podrían salir de sus casas para vivir en un lugar digno hasta que no cumplieran los treinta y cinco años. Ríanse de las estadísticas que dicen que sólo el 40% de los jóvenes menores de 34 años viven emancipados. Porque, a partir de ahora, tenemos KeliFinder, para los incrédulos, para los malpensados, para los pesimistas, para todos. Se trata del nuevo portal puesto en marcha desde el ministerio para que los jóvenes encuentren casa y que sólo ha costado 140.000 euros. Y para los que piensen que sólo servirá para consultar promociones oficiales de viviendas les tenemos reservada una sorpresa: los visitantes del portal podrán obtener un par de las 10.000 zapatillas que se regalan para que se pateen las ciudades del país buscando casa. Y es que los jóvenes nos quejamos de todo. ¿Alguna vez lo hemos tenido más fácil para encontrar un sitio donde vivir? Si es que, ni en los tiempos del PP. Además, para que todos sepan dónde buscar a partir de ahora, se pone en marcha una campaña publicitaria en clave de humor con el lema “Obviamente no podemos conseguirte casa, pero de momento te ayudamos a buscarla“, de los mismo que crearon el famoso Referendum plus. Desde luego que resulta obvio que no nos van a conseguir una casa, visto lo que se ha hecho hasta ahora. Sería inútil hacerse la pregunta de qué dirían los medios de comunicación del Imperio si hubiera sido un gobierno del PP el que hubiera presentado tan infame campaña. Pero creo que Iñaki no nos va a dar su particular visión de la actualidad respecto a este tema. Él está para otras cosas.

Conclusión: esto es lo que pasa cuando el intervencionismo se junta con la chabacanería más cutre, el dirigismo se mezcla con el mal gusto, el paternalismo se alía con el despilfarro y, a todo ello, le sumamos el desprecio a la juventud (yo diría que, incluso, al idioma). Porque, al final, se trata de eso: los jóvenes son unos imbéciles bebedores sociales de fin de semana y consumidores de drogas que no tienen ni puta idea de cuáles son los problemas a los que se tienen que enfrentar y, mucho menos, buscarles solución. Por eso, podemos contarles cualquier milonga, aderezarla con un poco de marketing barato (bueno, en realidad, de barato no tiene nada) y esperar tranquilamente a que nos voten en las próximas elecciones. Total, no se van a dar cuenta de nada…